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Convulsiones Febriles

La fiebre es común en los niños y generalmente significa que existe alguna infección. Algunos niños se sienten muy mal cuando la temperatura de su cuerpo aumenta y es importante tratar de reducirla. Hay varias cosas que pueden ayudar. Reducir la cantidad de ropa que usa el niño es una cosa obvia, aunque muchas veces los padres evitan descubrirlos por miedo a que se enfermen mas y a menudo existe la tentación de envolver a un niño enfermo y abrazarlo. Sin embargo, esto hará que aumente aún mas la temperatura. La mejor situación para un niño con fiebre es mantenerlo sin ropa en una habitación calentada a una temperatura confortable. Darle al niño abundantes líquidos también ayudará. Los dos medicamentos comúnmente usados ​​para tratar la fiebre en niños y de hecho los que tienen menos efectos adversos cuando se dan a la dosis apropiada, son el paracetamol y el ibuprofeno. Si bien muchas de las causas de fiebre en niños son simples infecciones por virus que no son graves, siempre se debe buscar atención médica si la fiebre persiste o si el niño parece particularmente enfermo.

¿Qué es una convulsión febril?

Una de las cosas más aterradoras que le puede pasar a un niño con fiebre es una convulsión febril. Esto ocurre porque los cerebros de los bebés no están completamente maduros y su actividad normal se ve alterada por el aumento de la temperatura. Las convulsiones febriles son más comunes entre las edades de 6 meses y 3 años. Son raras después de los 6 años. El niño queda inconsciente y su cuerpo sufre una serie de movimientos bruscos. Esto puede durar solo unos segundos o hasta algunos minutos. El niño debe acostarse de lado y no se debe forcejear con el cuerpo del niño para intentar detener el ataque, pero asegurarse de que haya suficiente espacio para que el niño no sufra lesiones. Si es posible, hay que aflojar cualquier prenda apretada alrededor del cuello.

Tener una convulsión febril no causa daño permanente y no significa que el niño tendrá convulsiones cuando sea mayor. Hay aproximadamente un 30 por ciento de posibilidades de que un niño afectado tenga otra convulsión asociada con fiebre en el futuro. Algunos niños son más propensos a las convulsiones febriles que otros, incluyendo aquellos con antecedentes familiares. Mientras que la gran mayoría de las convulsiones febriles son causadas por fiebres asociadas con infecciones comunes de la infancia, algunos niños pueden tener infecciones subyacentes más graves como meningitis o meningoencefalitis y por ello es necesario buscar atención médica urgente si existe alguna duda.

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